Vatios y Pulsaciones: Métricas para Ciclistas
¿Pulsaciones o Vatios? ¿Entrenamiento inteligente? ¿Qué método es el más apropiado para sacar el máximo provecho a nuestro entrenamiento? Si un método es bueno, ¿el otro no vale? ¿Vale la pena utilizar cualquiera de ellos para mejorar?
Cada vez tenemos agendas más ocupadas, ajetreadas y los avances tecnológicos son vitales para poder lograr entrenar en estos entornos. Por eso, este artículo empieza con las dos palabras/métodos que han coexistido en los últimos años y que tanto bien y adelantos han traído a esta disciplina. El entrenamiento medido en vatios y el entrenamiento con ritmo cardiaco.
Para poder entender y valorar cuál de los dos métodos es más exacto, lo primero que tenemos que hacer es acudir al significado de la palabra entrenamiento. El entrenamiento es la aplicación de estímulos físicos, que provocan adaptaciones fisiológicas en nuestro organismo, las cuales nos llevarán al máximo estado de forma.
Entrenar de forma “inteligente” no es más que valerse de las herramientas que se tengan a la mano para poder optimizar el tiempo que pasemos encima de la bicicleta.
Para poder entrenar con vatios, es necesario poder contar con un potenciometro (medidor de potencia), instalado en nuestra bicicleta. Esto nos permitirá obtener la fuerza que estamos ejerciendo sobre los pedales y de allí en adelante generar una cantidad de métricas de las cuales hablaremos en detalle en el próximo artículo, así cómo aprovecharlas para nuestro beneficio.
La frecuencia cardíaca la obtenemos mediante una banda colocada en el pecho, la cual mide los impulsos eléctricos originados por la contracción cardíaca. Esta actividad eléctrica puede ser detectada a través de la piel. El transmisor (o banda cardíaca), se ubica a la altura del corazón en el pecho de la persona para recoger esta señal. Recogiendo está señal y enviandola al dispositivo que se tenga en la muñeca o en la bicicleta, conociendo así los latidos del corazón (mientras tenga la banda puesta).
De estas dos formas, se puede tener un “feedback” de cuánta intensidad/esfuerzo está ejerciendo el ciclista durante toda la sesión de entrenamiento e incluso, durante el transcurso del día, lo cual nos permite determinar que tanto efecto causó este estrés a la condición física.
Los beneficios que conlleva conocer el estrés preciso que le estamos ejerciendo a nuestro cuerpo, nos va a permitir utilizar el tiempo de entrenamiento más eficientemente para así ahondar en nuestras debilidades y reforzar nuestros puntos fuertes.
Francisco Díaz
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10/08/2017
Fecha: Jueves 10 de agosto de 2017